DISCO DE FITO Y CALAMARO - DOS SON MULTITUD

¿Qué es “2 son multitud”? Ni más ni menos que un cruce de caminos en el que se juntaron de manera histórica dos de los repertorios más importantes del rocanrol hispano. Con la luna del veraniego mes de julio 2007 por testigo, la A de Andrés y la C de Calamaro se adhirió a la A de Adolfo y la C de Cabrales (esto es, Fito&Fitipaldis) para sacar brillo, en colaboración con una formación de reputados músicos/amigos, a unas canciones inapelables. “La admiración es mutua, ambos hacemos canciones, ambos tenemos un público rockero pero amplio que se puede complementar bien, de forma que el compartir nuestras canciones lo sentimos como algo natural”, señalaban al unísono estos dos veteranos del pentagrama. Dios los crió y ellos se juntaron por auténtica devoción artística y escénica en un verano inolvidable. No olvidaron tampoco lanzar el guante: “Queremos reivindicar y demostrar que el rock en castellano también puede llenar estadios”. Ahí es nada.
Y el reto fue aceptado por una mayoría hambrienta de guitarras que, en masa, abarrotó las plazas de Getafe (por partida doble), Benidorm, Santiago y Barcelona. Las ciudades que sirvieron de feudo con las orejas bien abiertas y sus mejores galas a tan singulares citas sonoras. Conciertos planteados como minifestivales en los que tanto el duende AC argentino como el duende AC vasco compartieron protagonismo a lo largo de más de 4 (¡cuatro!) horas de rocanrol. Como era de esperar, la mágia surgió desde el primer riff.
De forma que “2 son multitud” se ha convertido ahora, medio año largo después, en un espléndido y doble DVD que, complementado con un CD de audio y un completo documental (“Fueron 2 y multitud”) rodado entre bambalinas, recuerda la imborrable liturgia del rocanrol facturada al unísono por dos de las figuras con mayor peso específico de la actualidad musical. Dos docenas de cámaras y (otra) multitud de micrófonos registraron todos y cada uno de los instantes vividos con intensidad apabullante sobre un tablao de dimensiones acordes tanto al tamaño artístico de las convocatorias como al inmejorable estado de forma de la pareja protagonista. Recogido todo en un baúl con sabor a decibelios en su salsa y olor a legendario. Tiempo al tiempo.
AC + AC = “2 son multitud”. En el primer sumando, el AC argentino defiende una selección atemporal y nada clásica de su inmenso repertorio. Pildorazos inmaculados de efecto inmediato y espectaculares efectos secundarios recomendables para cualquier estado de ánimo. Una colección aderezada, cómo no, con ese puñado de canciones inasequibles al desaliento como Loco, Flaca o Paloma. Por su parte, en el segundo, el AC vasco (Fito&Fitipaldis) repasa una cuidada y selecta representación de sus más destacados números. Son precisamente las cifras las que avalan la maestría de unas canciones que hacen de la sencillez la principal de sus virtudes, acunada siempre en unos estribillos comunitarios. Composiciones como Por la boca vive el pez, Me equivocaría otra vez o La casa por el tejado, convertidas por sufragio universal en poco menos que himnos populares.
Y rodeándolo todo, en el comienzo y en el final, dos lideres inimitables iluminando sus respectivas sombras, al frente de una megabanda, para saborear cantos propios y ajenos, puestos en un pentagrama común. A los ojos, Viene y va, Quiero ser una estrella (único canto ajeno al ideario AC -firmado por Carlos “Los Rebeldes” Segarra-), Me arde, Whisky barato, Medalla de cartón y Alta suciedad, conforman una colección sin par de melodías de honestidad brutal y de sueños locos. O viceversa. En esta ocasión, más que nunca y menos que siempre, el orden de los f-AC-tores no altera el resultado.
-Aitzol San Sebastian-
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